Comedia que narra las vicisitudes de una nena que nace a fines de los 70´s en un entorno signado por la negación. ESTRENO 6 de agosto.


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Crítica de PIDMA web. Por Silvina Brandana


PROYECTO MARITA

De Eduardo Grinovero
Efectos de la aceleración propia de esos tiempos en la crianza. "Proyecto Marita" es una comedia que te hará reflexionar, narra las vicisitudes de una nena que nace a fines de los ‘70 en un entorno signado por la negación.

El modelo de la sobreadaptación, propuesto desde temprano, es que la niña buena es la que “siempre se porta bien”: que no moleste a los adultos, que sea como los adultos. Marita crece entre exigencias, mandatos de lo que debería ser, y muchas descalificaciones. Las maestras muchas veces son cómplices del narcisismo de los padres en que los chicos “se porten bien”. El tema es: que ocurre cuando los chicos responden a este comportamiento pedido, y siguen hostigando, o la persecución física o psicológica es tal que la toman como blanco de repetidos ataques. Este es el caso de esta niña, el maltrato o acoso escolar es uno de los tantos relatos que nos cuenta.
Descripción: MARITA es un bicho raro para la vista de cualquiera, incluso para sus padres, quienes tienen escasa empatía. Hija única de militar y mujer machista, tuvo la desgracia de nacer nena. Ambos son castradores y mentirosos, esconden secretos inconfesables.
Su paso por la escuela primaria, su MAESTRA autoritaria, mala, no pierde oportunidad para humillarla constantemente, sus compañeros que no acompañan, la castigan o ignoran. Pero MARITA no se rinde, a pesar que ya está acostumbrada a ser agraviada. Pero hay alguien que si la acepta tal cual es, una amiga, con la que comparte buenos momentos y confesiones del chico que le robo el corazón a esta jovencita. ¿Podrá Marita torcer su destino y acercarse a la felicidad que tanto anhela?
Los padres siguen con una vida operatoria, lo cual no permiten que tenga una amiga su hija, en detrimento del contacto interpersonal. Pero es acá donde la elemental necesidad del ser humano de contar con figuras de apego, hace que Marita sea “desobediente” y continúe con esta amistad, la misma que la llevará a quitarse la venda, la cual le impedía ver parte de su realidad. Haciendo partícipe al espectador de esta expresión de búsqueda, a través de pedazos de memoria de lo vivido, las vivencias que despierta la rememoración de la propia niñez pudiendo así quedar otra historia.

Su desarrollo emocional, intelectual y diferente hace de esos estereotipos culturales de crianza un efecto reflexivo y positivo como es el caso del Proyecto Marita, permite que esta obra sacudan las emociones, por un lado una historia real por la que nuestro país paso, la época de la última dictadura, y por el otro una historia de vida contada, a través de la dulzura de este personaje, que es imposible no encariñarse y donde la simpatía de todos los que formaron parte de esta gran elenco, sus actuaciones, tan bien caracterizados, pudieron lucirse y permitieron corregir estos estereotipos fomentando los vínculos.
La creatividad y flexibilidad de la escenografía, como el vestuario hacen suponer la experiencia escénica, y permite conectarse con cada uno de los diferentes cuadros.

Establecer reglas claras ayuda a nuestros hijos a definirse, y, cuando están asentadas en valores, estas restricciones ayudan a crecer.
No queda mucho más por decir o sí pero…, prefiero que digan ustedes con sus palabras. No se la pierdan, se la súper recomiendo una obra apta para todo público. Es más si tienen pre o adolescentes no dejen de compartirla con ellos. 
 
Calificación:Excelente
Recomienda: Silvina Brandana



Tiempo Argentino. Cuatro x cuatro a Alejandro Guevara (lunes 20/8)


Nota en GEO Teatral - Alejandro Guevara En primera persona (27/8)


Detalle de la nota
Alejandro Guevara: Proyecto Marita
El director Alejandro Guevara habla en este En Primera Persona sobre el espectáculo: Proyecto Marita, sobre como llego al texto, y como fue empezar los ensayos, y cuenta algunos de los lineamientos que son centrales en esta pieza.







Descubrí “Proyecto Marita” cuando Eduardo Grinovero, autor de la obra, me la hizo llegar hace algunos años. Viendo el proceso de trabajo que él había hecho en esta comedia, supe que en algún momento iba a abordar ese texto.El tiempo y las circunstancias sociales (en particular, el esperado juicio a los responsables del último gobierno de facto) hicieron que más tarde la idea volviera a mi cabeza, y así comencé a darle forma a Marita.
El proceso de adaptación de la obra fue sencillo, dentro de la complejidad que el tema supone. Los diálogos, personajes y atmosfera reinantes en el texto hicieron el trabajo por si solo.

Estaba la obra, ya tenía los actores: se formó el equipo. Ahora faltaba el dinero para comenzar a trabajar.
Es difícil contar con subsidios por estos tiempos, así que el grupo decidió generar su propio capital: fiestas, rifas, “pongo un poco yo, un poco vos”, y unos meses más tarde estaba todo listo para comenzar con los ensayos.
Y así el texto cobró vida: Se empezaron a escuchar los “deberías”, “tendrías”, “hubieras hecho”, “sos el tipo de persona” y todas estas etiquetas, y rótulos de las que los personajes hacen uso para ser quienes son; así nacían, comenzaban a fluir, en una dialéctica en la que conviven en partes iguales y dinámicas el cinismo, la inocencia y el derecho a la libertad y la identidad.

Y estos rótulos en “Proyecto Marita” son necesarios para que los personajes puedan sostenerse en su “espíritu de contradicción”; es gracias a estas etiquetas que se mantienen a flote en el sinsentido; cuando los rótulos se caen dejan ver lo que cada uno es, y eso es justamente lo que nadie en esta historia quiere: sólo están interesados en preservar mandatos familiares y sociales, cualquiera sea el costo.

Marita en busca de la felicidad
-“La amistad no existe es solo un intercambio de intereses.”-“El cumplimiento del deber es a menudo áspero y difícil”-“Sabemos que estas lejos de ser perfecta.”-“A mis padres les debo todo.”Entre estas frases, mandatos taxativos sobre el “deber ser”, Marita bucea y vive cuasi armoniosamente, sobreadaptándose e intentando superar cualquier obstáculo, adversidad o maremoto que se le acerque. Así es que bracea hábilmente entre embestidas de parte de las figuras de autoridad que cruzan su camino, y también de sus pares y amigos.
“Proyecto Marita” es el comienzo de un viaje; una travesía de autodescubrimiento, superación y aceptación, adonde lo inculcado desde el entorno nos nubla la vista, pero la búsqueda de la verdadera esencia es la brújula que nos mostrará el camino.





Proyecto Marita (Teatro)
Las vendas de la inocencia

De Eduardo Grinovero. Con Mariel Percossi, Virginia Alberti, Camila Aldet, Juan Pablo Burgos, Denise Di Paolo, Charo Diaz, Belen Galante, Damian Garcia, Rocío García y Bruno Javier Quirico. Vestuario y Diseño de espacio: Cecilia Zuvialde. Edición de video: Eugenia Fontana. Asistencia de dirección: Valeria Llaneza. Producción ejecutiva: Enrique Jauregui. Coreografía: Florencia Ortega. Dirección: Alejandro Guevara.

Teatro El Tinglado. Mario Bravo 948. Lunes, 21 hs.

Marita cuenta su historia a aquél que quiera oírla. Quien quiere oir, que oiga, cantaba Litto Nebbia y Marita sabe en lo que se está metiendo. Duda de su origen, de donde vino y como llegó a este mundo. Digamos al respecto que ella es la única hija de un matrimonio entre un severo militar y un ama de casa machista y prejuiciosa. Realizada en clave de fábula teatral, donde el tratamiento de los personajes sigue un lineamiento rígido en tanto su composición, es allí donde radica la gracia de la puesta. Porque esa “rigidez” es el sustento del componente irónico y sarcástico con el que cuenta la obra que no se sonroja al hablar de las expropiaciones de niños en la última dictadura y a la hipocresía en la crianza de los chicos de esa época y de distintas generaciones que llegan hasta la fecha. El ritmo de la puesta es ágil y dinámico, responsabilidad de Alejandro Guevara, con una dirección acorde al material con el que cuenta.
El elenco es correcto y se destaca Mariel Percossi, quien crea una Marita reconocible en sus dichos y querible en su búsqueda y en sus sentimientos. De esta manera, cuando habla y dice lo que piensa, la empatía con el auditorio será instantánea pero que pondrá a este en una situación sutilmente incomoda a medida que transcurra la puesta. El espectador verá como las normas establecidas, la moral y la ética aprendida con sangre y disciplina (discurso repetido desde hace unas cuantas generaciones y al cual, en su gran mayoría, los espectadores apoyan), se va desdibujando en situaciones de las que nadie puede sentirse orgulloso. La forma en que estas se toman y se plasman en escena, a través de un humor blanco e inocente, hacen que el impacto sea certero y aquél que no quiera ponerse en tela de juicio, tendrá la via de escape fácil a través de la comedia.
La iluminación es cuidada y la escenografía acompaña con una corrección que podría ser mejor, ajustando algunos detalles. La nariz de clown será el que establezca la diferenciación entre los “bandos” que se debatirán por el alma de Marita. Para destacar, en el final, cuando Marita decide cual será su destino, la nariz de payaso jugará un lugar destacado entre quien intenta pero también deseará la“seguridad” de lo que es conocido.
“Proyecto Marita” es de esas puestas que, al tiempo que te entretienen, te sumergen en un mundo en el que uno, como individuo, debe tomar decisiones sobre el presente y el futuro pero sin olvidar un pasado, que no es pisado.

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